Lata de Atún

Si no se hubiera corado Internet, y hubiera escrito esto el mismo dia (como tenia planeado) habría sido mientras Mirtha seguía con nosotros.

Mirtha era una gata que mi hermana rescato. y tuvo la desgracia de perder gran parte de su rostro. Al principio creí que se trataba de algún infeliz que la expuso a explosivos… pero al parecer lo que tenia era cáncer (no estoy segura).

La cuestión es cuando llego, me daba algo de impresión verla… su cara destruida, y para colmo, era ciega del único ojo que le quedaba... pero lo que la caracterizaba, era su fuerza para soportar semejante dolor a carne viva, y tratar de vivir como cualquier gato normal: Acicalarse, comer, caminar (aunque chocaba mucho).

Cuando la escuche ronronear, maullar, y observe como se  frotaba contra uno, me dio vergüenza alguna vez no haberla visto con los ojos que veía a cualquier gato… era una gata… una adorable y cariñosa gata que necesitaba ayuda.

Realmente llegue a quererla mucho… poco a poco la trataba como a todos los gatos de la familia, la acariciaba (aunque era algo flaquita, y se veía tan frágil que me daba miedo lastimarla mas de lo que estaba).

Mirtha necesitaba comer atún. No podía comer alimento balanceado, solo atún, porque era lo suficientemente grande como para que pudiera agarrarlo. Gente muy buena dono latas de atún de las mejores marcas para ella. Quizás demasiado buenas.

Mi madre ofrecía comprarle atún mas barato a cambio de las latas que le donaban a la gata. Yo le dije que eran de la gata, y que a ella le correspondían.

ADVERTENCIA: Imagen muy fuerte al final no apta para personas sensibles (hablamos de una gata a la que le falta la cara…)

Cuando lo volvió a decir, agrego que ella ni se iba a dar cuenta. Yo le dije “Hace lo que quieras, pero queda en tu conciencia… la gente que dona las latas lo hacen pensando que sera Mirtha quien las disfrutara, y seria injusto que ocurriera lo contrario; es como si a los niños pobres o huérfanos le donaran camionadas de juguetes carísimos y buenos, y la gente que los atiende los remplazara con otros de menor calidad, solo porque creen que no notaran la diferencia… la gente que regalo los juguetes quiere y piensa que los niños tienen esas cosas buenas que compraron ¿te gustaría ser de esa gente?; si no lo haces por Mirtha hacelo por ellos; además, después de todo lo que le paso, déjala comer algo bueno.

Mi madre sintió horrible, y con un cargo de conciencia muy grande. Después de mis palabras, nunca mas volvió a si quiera pensar en las latas de atún de la gata, y cada una de ellas llego a la boca de quien correspondía (realmente me sentí como la abogada del animal, de allí la imagen).

Poco tiempo después surgieron problemas. Mi hermana no sabia que hacer con ella… su herida no podía cicatrizar, había que desinfectarla permanentemente (mas en verano) y era tan doloroso... una autentica tortura para las dos. Tuvo la ilusión de que el mejor especialista en quemaduras pudiera darle una idea de cómo ayudarla, pero cuando al fin pudo revisar el caso, no encontró respuesta posible.

La palabra de este medico, sumada a opiniones de otros veterinarios, sellaron el destino de la pobre gata. Con todo el dolor del alma tuvo que sacrificarla, porque no quería seguir prolongando una situación tan dolorosa… no había forma que pudiera tener una calidad de vida decente en su estado.

Mi hermana no daba mas del dolor por lo que tuvo que hacer… no paraba de llorar, y sabia que no todos en su grupo entenderían el porque lo hizo.

Nuestro único consuelo, mi único consuelo, es que se fue sin sufrir… se fue querida, y no murió abandonada en un refugio como la tenían…

Siento que fue un animal que me enseño mucho… a ver mas allá de mis narices, y darme cuenta que al final de todo solo estamos nosotros, y eso es lo único que les importara a la gente que nos ama.

Les dejare una imagen de ella para que la conozcan.