Dragon ball battle of gods

Debido a que me estoy quedando sin material para recomendar, por primera vez comenzaré el mes con una crítica, en vez de una recomendación. Para la ocasión he elegido hacerlo con una película que juzgo lo merecía.

Anteayer fue un dia de contrastes. Por un lado, vi el final de lo que espero sea solo la primera temporada de Shingeki no kyojin, uno de los mejores animes que he visto; por el otro, una de las animaciones mas decepcionantes de Dragon ball.

Mi objetivo al ver esta película fue saciar mi curiosidad, y estar al corriente de un tema del que seguramente se hablaría mucho entre las paginas que frecuento. La crítica es un efecto colateral nada más.

Realmente me da un poco de pena criticar esta película, porque la descargué y vi en mi PC, así que ni un disco gasté; sin embargo, obviamente que como con Equestria Girls, si me hubiera gustado la película hubiera ido a verla en cines, pero no fue el caso.

Quiero dejar en claro una cosa: El especial de Bardock y el del hermano de Vegeta me parecieron producciones hechas sin entusiasmo y decepcionantes; así que con esos antecedentes preferí verla para evaluar según mis parámetros si valía la pena ir al cine o no (Además, me daría un ataque si me entero que la película tuvo alguna censura). Distinto hubiera sido si se tratara de otro producto sin referencia, como varias de las películas que me arriesgué a ver en cine.

Uno de los primeros problemas que encontré, fue que se pasaba de absurdo… Recordarán que al principio dragon ball poseía animales antropomorfos, que Gokú no necesitaba nave espacial para salir de la tierra (como en el episodio en el cual parodiaron al conejo de la luna) y un par de animalitos podían transformarse en distintas cosas para ayudar en la aventura. A medida que avanza la historia se vuelve más ambiciosa, y deja ciertas cosas de lado para crecer.

En “Dragon ball battle of gods” las cosas parecen retroceder, y volverse igual o incluso más absurdas que en sus orígenes. Pongamos el caso de la fiesta de Bulma… que una niña de unos diez años dispare en un cumpleaños, hiera a una persona embarazada, y que Bulma le diga que le agradece el espectáculo, es tan absurdo que parece más propio de su etapa primaria, y no de su rol en la saga Z.

Así como uno no puede quebrar un huevo y después dejarlo como antes, no puedes volver a lo absurdo si ya avanzaste a cosas más lógicas.

El otro problema creo que fue vegeta… Vegeta es un personaje que ha vivido una vida difícil, ha luchado su ultima batalla si nos guiamos estrictamente por el manga, ha sacrificado su vida, etc. No le voy a pedir a un personaje tan sufrido que sea un amargado de por vida cuando por fin ha encontrado paz, pero si el drama de dragon ball se empecinaba en matar a Krilin, la tranquilidad tiene como victima a Vegeta, al que se encapricha en ridiculizar como detalle llamativo del producto.

Primero fue darle al poderoso y orgulloso guerrero un hermano menor, debilucho, que seguro no ha matado una cucaracha, actúa como si no se le hubiera muerto ni el perro, y de guerrero solo tiene el traje. Ahora lo veremos bailar y cantar cosas bonitas sobre el planeta tierra.

Luego tenemos la nueva transformación de Gokú: Primero había escuchado que se trataba de una especie de kaioken, y por el color y lo simple, lo dí como valido, y pues la verdad es que esperaba mas… pero lo realmente molesto para mi fue que tardaran más de la mitad de la película en decirte que realmente había un Dios sayajin, cuando probablemente te pasaste pensando “Que alguien le pegue a Lord Bills, no hay ningún Dios súper Sayajin” hasta que no salió Shen-Long hablando sobre el tema, tuve la irritante sensación de haber malgastado tiempo, que se hubiera aminorado si lo decían antes (Yo habría iniciado la película con el sueño del que Lord Bills habló).

Con respecto a lo anterior, realmente estoy en desacuerdo conque se siga mencionando el planeta Vegeta… en la serie todo quedó muy claro, pero los especiales siempre terminan enredando más la historia, al punto de que es preferible no desenmarañarla.

Gokú ha luchado contra animales, humanos, monstruos, robots, androides, extraterrestres, experimentos genéticos, seres mágicos, y lo único que le faltaba sumar a la lista eran dioses. Inicialmente creí que la fase dios era solo una forma de llamar a la nueva transformación, pero en verdad convierte a Gokú en Dios. Lo anteriormente mencionado deja la incógnita de que tan relacionada está esta película con Dragon ball GT, ya que me imagino que si sabían como volver a Gokú un Dios en GT lo hubieran hecho.

Pienso que de no existir GT, esta película seria mucho mejor, porque significaría la culminación del desarrollo de Gokú; el último escalón de extraterrestre bruto a Dios (lo cual es una pena, ya que esta película estaba casi al final de la historia, por lo que era la que mejor hubieran podido posicionar en la línea temporal).

Finalmente llegamos a Lord Bills, un Dios bastante caricaturesco e insípido.

Lo poco que me gustó fueron los créditos, donde pasaban hojas del manga con una nueva versión de Chala Head Chala.

Después de verla, no tuve más que dar razón a aquellos que me dijeron que la película era mala.