Jamás he ganado nada y cada miembro de mi familia podría decir lo mismo. Mi madre siempre revisa, sin perder la ilusión, los números de oro, esperando que la suerte le sonría. En verdad es difícil conseguir algún premio que valga la pena contar: Por eso para mi, lo que ocurrió hace unos días es digno de publicarse.
Anteayer, yo salí temprano de clases, y llegue a casa con todas las intensiones de meterme un ratito en cama, porque tenía algo de frío xD. En eso estaba, cuando oigo sonar el teléfono. Al atender, me hablo una chica joven, que se identifico como integrante de un colegio llamado “Los Cerros” y me pregunto si era el domicilio de la familia *******. Yo le dije que en realidad solo mi madre y mi abuelo tenían ese apellido en nuestro hogar.
Me preguntaba cual era el motivo de su llamada, y para mi gran sorpresa, me dijo algo de que nos habíamos ganado un teléfono en una rifa. Aun así encontraba algo raro el asunto, porque no sabia que alguien de mi casa comprara una rifa, por lo que proseguí con cuidado (no quería caer en algún engaño telefónico).
Después paso algo medio raro. Mi voz es algo peculiar, y me parece que algunas personas la escuchan medio infantil… y por más que yo tengo 21 años, me mando a llamar a un adulto XD. El caso es que me quede tranquila, porque pensé que seguramente mi padre o mi madre compraron esa rifa.
La chica llamaba para avisarnos del premio, y quería arreglar los detalles de la entrega. La última parte de la conversación la tuve que acelerar un poco por motivos particulares, pero finalmente quedamos en que mi padre iría a retirarlo.